Es una figura habitual en el mundo de la empresa y constituye una de las formas más frecuentes a la poner en marcha un negocio. Generalmente se asocia con el autoempleo, dado que el propietario de la empresa es a su vez trabajador en la misma, independientemente de la actividad que desarrolle y del tipo de trabajo que realice.
A la hora de crear una empresa, esta figura suele ser la más elegida.
Características:
- Control total de la empresa por parte del propietario, que dirige su gestión.
- La personalidad jurídica de la empresa es la misma que la de su titular (empresario), quien responde personalmente de todas las obligaciones que contraiga la empresa.
- Cotiza a la seguridad social en el régimen especial de trabajadores autónomos.
- No existe diferenciación entre el patrimonio de la empresa y su patrimonio personal.
- No precisa proceso previo de constitución. Los trámites se inician al comienzo de la actividad empresarial.
- Para determinadas actividades tiene la opción de tributar por "módulos".
- La aportación de capital a la empresa, tanto en su calidad como en su cantidad, no tiene más límite que la voluntad del empresario.