Javier Barón, Esperanza Fernández y Manolo Franco descubren las ‘claves’ del flamenco
Seis secuencias y seis artistas en el escenario. A Javier Barón (baile), Esperanza Fernández (cante) y Manolo Franco (guitarra), intérpretes notorios en cada una de sus disciplinas, se suman Manuel Calleja (contrabajo y melódica), José Carrasco (percusión) y David Pérez (palmas y jaleos) para abordar mañana domingo día 3 de marzo sobre el escenario del Teatro Villamarta –en el marco del XVII Festival de Jerez- un recorrido por lo hondo a través de las secuencias anímicas que sugiera el baile, el cante o el toque. ‘En clave de seis’ es el título de esta propuesta, ideada y dirigida por José Luis Ortiz Nuevo.
En la misma jornada dominical la oferta del certamen tiene dos interesantes puntos de encuentro para los aficionados. El primero de ellos en Sala Paúl, donde la Compañía José Galán pondrá en escena ‘En mis cabales’, un interesante trabajo que facilita la integración de discapacitados –en este caso, de síndrome de Down- y aborda sus propuestas coreográficas “sin prejuicios ni complejos”, tal y como sostiene el responsable del grupo.
El segundo encuentro tendrá lugar en Sala Compañía y reúne en el ciclo ‘Paso a dos. Maestros & Jóvenes’ a la maestría de José Galván y a su alumna aventajada Javiera ‘La Moreno’, de origen chileno.
“El número seis es la referencia de este espectáculo y, de alguna manera, el alma”, comenzó diciendo José Luis Ortiz Nuevo en la rueda de prensa ante los medios de comunicación acreditados en la muestra. En cualquier caso, parece una coincidencia numérica que ‘En clave de 6’ tenga seis artistas en escena y seis personas en labores de producción, regiduría y técnicos.
Seis momentos, seis sensaciones
Y es que, tal y como definió su ideólogo, ‘En clave de 6’ muestra “seis momentos, seis sensaciones, seis estados de ánimo, vistos a la luz de los flamencos en la música, el baile y el cante”. La música es obra de Manolo Franco, el baile tiene como centro de atención a Javier Barón y el cante a la voz experimentada de Esperanza Fernández. Para Ortiz Nuevo, Franco representa “lo hondo”; Barón, “el dibujo sobrio, elegante y sabio”; mientras que Esperanza Fernández se convierte en “voz floreciente”.
Las seis secuencias, directamente relacionadas con diferentes estados de ánimo, se suceden “de forma vertiginosa”. “Estamos en el final de una cuando ya está en marcha la otra”. Esa cadencia responde al modelo que marca la propia vida, según Ortiz Nuevo. “Buscamos momentos de máxima intensidad. Eso es la vida y también el flamenco”, añadió.
La primera secuencia que abre ‘En clave de 6’ es de serenidad (bamberas, farrucas y colombianas), continúa la del contento (alegrías y cantiñas) para luego reflejar la tristeza por seguiriyas y martinete. Acto seguido tiene lugar la resignación (romance, bulerías por soleá y soleá), al que sigue el encuentro (ritmos de ida y vuelta) y se deja para el final la secuencia denominada de la memoria, como un atisbo de antología y compendio.
Es en esta última secuencia –la de la memoria- donde Ortiz Nuevo vislumbra “el desafío y la experimentación en el mejor sentido de la palabra”, puesto que de lo clásico, “de lo que hemos vivido” se da paso a la libertad interpretativa.
“Este montaje es un trabajo colectivo, de taller, de orfebrería, de talento, conocimiento y reto”, apuntó el director artístico. A su juicio, el reto está “en descubrir pequeñas cosas”. “Es un espectáculo para sugerir, para abrir caminos, por decirlo a grandes rasgos”.
Para el bailaor Javier Barón, ‘En clave de 6’ es una propuesta “muy fresca. A veces es rápido, pero también da al público la oportunidad de saborearlo”.
Visibilidad a la discapacidad flamenca
‘En mis cabales’ es un interesante trabajo que realiza la Compañía José Galán y que tiene la particularidad de incluir en él a artistas discapacitados. Esta labor de integración –con dos bailaores con síndrome de Down- no se aborda desde el prejuicio y la diferencia, sino desde la plena igualdad. Así lo pusieron de manifestó tanto el responsable de la compañía como Juan Carlos Lérida, que asume la dirección escénica y coreográfica de este montaje que ya deslumbrara por su calidad en la pasada Bienal de Sevilla.