Hermandad La Redención: Ayuntamiento de Jerez - Página oficial

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La Redención

Ilustre y Salesiana Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Redención ante el Sumo Sacerdote Anás, María Santísima Madre de la Iglesia, Auxiliadora del Pueblo de Dios, San Juan Bosco, Santa María Mazzarello y Compañía de la Inmaculada Concepción.

 

Sede canónica

Santuario de María Auxiliadora

Av. San Juan Bosco, 6

11404 Jerez de la Frontera, Cádiz

956 18 43 00

Titulares

 

Nuestro Padre Jesús de la Redención

La talla de Nuestro Padre Jesús de la Redención, obra del escultor sevillano Juan Antonio González Ventura en 1985, tiene una altura aproximada de 1,90 metros, presenta rasgos y matices muy parecidos a las de las gubias de Luis Ortega Brú, destacando sobre todo su postura y sus expresivas manos. Se bendijo el dia 28 de marzo de 1996.

La imagen del Señor fue restaurada por su mismo autor en el año 2005.

 

María Santísima Madre de la Iglesia Auxiliadora del Pueblo de Dios

 

La imagen de María Santísima Madre de la Iglesia Auxiliadora del Pueblo de Dios, también es talla del mismo escultor. La Dolorosa Salesiana presenta unos rasgos muy macarenos, resaltando especialmente sus grandes ojos de gran expresividad; también data del año 1985. Se bendijo también el mismo dia que la imagen de Jesús de la Redención, el 28 de marzo de 1996.

La imagen fue restaurada por su mismo autor en el año 2005.

Reseña Histórica

Un cuarto de siglo contempla el proyecto cofrade salesiano. En veinticuatro años ha tenido tiempo de acaparar un Altar de Insignias especialmente innovador y consistente en becas para alumnos de familias con escaso poder adquisitivo, alimentos para familias indigentes, juguetes para chiquillos pobres, entrega de ropas y vestidos, atención material y presencial a colectivos de alcohólicos y drogadictos, acompañamiento a jóvenes de familias domiciliadas en chabolas, recaudación de medios para la construcción del Santuario de María Auxiliadora, incontables Eucaristías, Encuentros, Ejercicios Espirituales, sesiones de formación cristiana y cofrade. Hasta alguna bendita anciana moribunda dejó esta tierra prácticamente en los brazos de su Rey Mago favorito, Baltasar, gracias a los cofrades salesianos. Incluso recuerdan los Hermanos de La Redención a aquella chiquilla que, con siete años de edad, víctima de sus propios nervios, llegó a morder una y otra vez aquella muñeca que recibió de los Hermanos Salesianos una noche de Reyes cualquiera que se perderá en la memoria de los tiempos. Aquellos Cofrades que hace veinticuatro años participaban como figurantes en la Cabalgata de Reyes para aprovechar los disfraces que horas más tardes utilizarían para llevar ilusión a niños y mayores indigentes durante toda la madrugada del seis de enero.

Fueron años de vivencias, aprendizaje y maduración de una cultura cristiana, salesiana y cofrade que aún perduran en nuestro corazón. Afortunadamente hoy se entremezclan el ayer y el presente en la Cofradía que reside en el Santuario jerezano de la Virgen de Don Bosco. Siete de los actuales dirigentes son Fundadores.

Dios puso en su camino a un Sacerdote salesiano cofrade que desde siempre creyó convencido en la bondad de la Cofradía salesiana. Fernando Martagón Bocio. Por quien un día estallarán en mil estrellas salesianas la que fuera su marcha favorita, “La Madrugá” de Abel Moreno. Don Fernando animó desde el corazón a quienes se entregaron y se dio hasta el extremo, convencido de que una Hermandad y Cofradía en nuestra tierra es un excelente instrumento de evangelización y pastoreo. Quienes saben de esto, viven convencidos que no se puede entender la historia de la Hermandad Salesiana de Jerez sin aquel sacerdote bonachón cuyo corazón y magisterio superaban de largo los cánones establecidos. Pocos se han entregado a este bendito proyecto en la medida que lo hizo el primer Director Espiritual de esta Corporación. La presencia de Don Fernando estará siempre prendida en el espíritu de la cofradía desde la Cruz de Guía y hasta la última presidencia.

Comprendemos lo complicado que resulta hoy entender la historia de la Hermandad de la Redención. La clave fundamental la encontramos en un sentimiento familiar iniciado en la época escolar y que aún perdura en los corazones de todos los fundadores. El presente está formado por excelentes hombres y mujeres que a diario se esfuerzan por dar sentido al concepto Hermandad, desde lo más profundo de su raíz etimológica.

La Hermandad de la Redención es salesiana en esencia. Desde su alfa hasta su omega, San Juan Bosco y Santa María Mazzarello presiden cada átomo de su materia. El Cofrade salesiano es consciente del papel que juega en su vida Jesús Sacramentado. La Institución de La Eucaristía y el Amor fraterno son santo y seña de los Cofrades de Don Bosco. El sentimiento de fidelidad al Sucesor de Pedro, el sistema preventivo de Don Bosco, la santidad basada en la sencillez y la entrega demostradas por Madre Mazzarello; esta amalgama de elementos perfilan la personalidad de quienes el Jueves Santo cubrirán sus rostros con el bendito antifaz salesiano. Desde la hora primera de la Corporación, muy pocos supieron definir este proyecto. Incluso hoy todavía son muchos quienes no saben qué es eso popularmente conocido como Redención Salesiana.

Nunca fue una Hermandad Juvenil, como desafortunadamente la calificaron. Tampoco jugaron a los pasitos ni comparecieron ante el Pueblo con un simple permiso municipal para ocupación de calles. Son hombres y mujeres de Iglesia por encima de todo. Comunidad cristiana que reconoce en el Ordinario del lugar a su Obispo y Pastor. Y cuando afirman esto a nadie le regalan los oídos. Un cuarto de siglo es testigo de lo dicho. Si algo caracteriza el comportamiento de sus miembros, eso es el alto sentido de la obediencia, de la prudencia y de la responsabilidad. Su misión en la Iglesia y en el mundo trasciende a lo que pudiera vivirse con mayor o menor intensidad en cualquiera de los días santos de nuestra Semana Mayor.

No faltaron tampoco en el pasado quienes incitaron a los jóvenes exalumnos salesianos a caminar de espaldas o en paralelo a nuestra Iglesia. Tamaña barbaridad no encontró nunca el menor éxito entre quienes, desde una edad temprana, se decantaron por Jesús como verdadero modelo de vida, el Amigo que nunca falla y que permanentemente nos espera en el Sagrario.

En los inicios de los ochenta, casi nadie daba un duro por ellos. No encontraron apoyo por ningún sitio ni el menor gesto de solidaridad por parte de los diferentes Estamentos eclesiales. Los Cofrades salesianos se quedan de aquellos durísimos años y siguientes décadas, con la frase que Don Rafael Bellido Caro gustaba repetir a menudo: “si vuestra Hermandad es obra del Espíritu Santo, algún día verá la luz”. En la jornada de la fiesta de la Purísima de 2004, la Blanca Paloma voló sobre los miembros de la Corporación, rubricando con el decreto de Monseñor del Río Martín, lo que vaticinara el primer Obispo de Jerez.

Hoy es momento de gratitud. Gracias a quienes durante las últimas dos décadas y media se han mantenido contra viento y marea ante la adversidad, con entrega abnegada y confianza en el Redentor. A quienes se incorporaron después y siguen sirviendo a su Hermandad con eficacia y sacrificio. A cuantos han decidido vestir el Santo Hábito Nazareno Salesiano. A quienes ya han escogido la bendita Indumentaria Salesiana para presentarse ante el Padre cuando sean llamados a su presencia. A cuantos inculcan a sus semejantes el valor de lo cristiano, lo salesiano y lo cofrade.

Gracias al Pueblo de Jerez y a los fieles y devotos que oran una y mil veces a los benditos Titulares de la Cofradía Salesiana. A los pequeñuelos que nos enseñan a postrarnos ante los Iconos de nuestra fe con devoción y respecto. A los jóvenes que visten el Santo Hábito Nazareno y que sueñan con un futuro mejor para la Sociedad en general y para las Cofradías en particular. A ellos les corresponde continuar esta tarea, a nosotros, padres de familia, nos asiste el deber de educarlos según nos enseñaron nuestros mayores, quienes nos precedieron en el conocimiento del sacrificio, del amor y del temor de Dios.

Gracias a los Medios de Comunicación en general por el respeto que desde siempre han demostrado a la Hermandad de La Redención. Gracias por comprender que esta Corporación no tiene el menor sentido si no camina de la mano de Cristo. Gracias por entender desde el primer momento que no servimos a otro líder que a Jesús El Redentor.

Gracias a nuestras queridas Hermandades jerezanas. Por su apoyo, por ser escaparates donde mirarnos, por mantenerse en el tiempo como una realidad viva necesaria en la Sociedad e indispensable en la Iglesia de Cristo.

Gracias al Presidente y Consejo Directivo de la Unión de Hermandades. Por estar al lado de la Hermandad incondicionalmente, por tender la mano en todas las ocasiones que necesitan contar con ellos, por tanto bueno como hicieron, por tantas horas de trabajo incomprendido y por ser los mejores servidores de nuestras Corporaciones Nazarenas. Muy pocos conocen el valor de vuestra tarea y menos aciertan a valorar tanta generosidad y desvelos. Vuestro balance, queridos Hermanos del Consejo, como el de los generosos de corazón, es especialmente positivo durante este cuatrienio de gestión. Seguro que Dios Padre y Nuestra Señora de La Merced os premiarán a vosotros y a vuestra gente.

Gracias al Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías, a él y a su equipo. Siempre encontraron el calor necesario y la ayuda oportuna en clave cristiana y cofrade. Nos habéis acompañado sobresalientemente en nuestros primeros pasos como Hermandad. Atentos a la llamada de la Corporación salesiana y dispuestos a resolver cuantas dificultades pudieran surgirnos en estos momentos históricos que hoy vivimos entre incrédulos y confiados en Dios Padre.

Gracias a Don Juan del Río Martín. Su indiscutible magisterio está sentando cátedra en esta joven Diócesis. Gracias por repetir que “este Obispo no podría consentir que la Familia Salesiana no tuviera una Hermandad en la Diócesis de Jerez”. Quienes de esto algo conocen, saben que muchas Juntas de Gobierno de nuestras señeras y queridas Corporaciones Nazarenas están integradas por quienes se encontraron un día con Salesianas y Salesianos y nos quedamos para siempre con María Auxiliadora.

Gracias a los Salesianos y Salesianas. Por sus enseñanzas. Por acompañarles en su educación. Por hacerles comprender que quien no vive para servir no sirve para vivir. Sin ellos y su ejemplo, nuestra Hermandad carecería de sentido. A los Salesianos de Don Bosco e Hijas de María Auxiliadora, porque a diario demuestran ser imitadores de San Juan Bosco y de Santa María Mazzarello, como ellos dos lo fueron de Cristo. Gracias porque desde siempre y al igual que hoy, siguen educando con el corazón de Don Bosco.

Y gracias a sus Familias. A quienes les apoyaron desde aquellos años jóvenes y también lo hacen hoy en el caso de quienes viven la Hermandad desde su juventud. A cuantos Padres y Hermanos supieron apoyarles y estar a su lado con su ayuda y ejemplo. A todos, tanto a los que hoy les animan y rezan por ellos a diario como a quienes les ayudan, apoyan e interceden por ellos desde el Cielo. A nuestras Familias, a nuestras Esposas y Maridos, a nuestros Hijos, quienes también han sacrificado su tiempo, seguros del bien que nos han hecho, por dejarles soñar y en lugar de ser un obstáculo en la consecución del objetivo, haberse constituido en el firme apoyo el que se sostienen en los momentos menos fáciles.

Para terminar vuelven a hacer mención a aquel que sembró mucho y bien en los corazones de aquellos muchachos. Dentro del Templo, antes de presentarse ante su Pueblo Santo, Nuestro Padre Jesús de la Redención caminará de la mano de Fernando, aquel sacerdote bonachón, que aleccionaba a sus antiguos alumnos y los inició en la no fácil tarea de dar todo a cambio de nada. Como los cofrades cabales, Don Fernando Martagón Bocio hubiera disfrutado como ninguno cuando bajen los antifaces salesianos y la Cruz de Guía de la Redención avance hasta el infinito, camino de la Santa Iglesia Catedral, hasta abrir las puertas de la Gloria.

Este Jueves Santo se cumplirá un capítulo más de una historia entrañable que a fuerza de corazón y con letras de sangre comenzaron a escribir, hace 24 años (veinticuatro tenía que ser, como el día de su Fiesta litúrgica, hasta el tiempo de espera  hace un guiño a la Virgen de Don Bosco) comenzaron a escribir unos enamorados de Cristo Redentor y de María Auxiliadora, aquellos defensores a ultranza de la Inmaculada Concepción de María. Seguro que Ella, La Purísima, que es Madre que siempre espera y Madre que nunca falla, celebrará con júbilo en los centros del Cielo, la tercera Estación de Penitencia, a nuestro lado y en compañía de quienes volvieron al Padre. Hoy, veinticuatro años después, la Redención inundará de nuevo las calles de Jerez y eso, estimado lector, salta a la vista, no será casualidad.

El paso de Misterio

El conjunto escultórico está basado en el pasaje del Capítulo XVIII del Evangelio según San Juan, donde se cita:

En fin, la cohorte de soldados, el tribuno o comandante, y los ministros de los judíos prendieron a Jesús y le ataron. De allí le condujeron primeramente a casa del Sumo Sacerdote  Anás, porque era suegro de Caifás, que era Sumo Pontífice aquel año. Caifás era el que había dado a los judíos el consejo, que convenía que un hombre muriese por el pueblo. Iba siguiendo a Jesús Simón Pedro y otro discípulo, el cual era conocido del Pontífice, y así entró con Jesús en el atrio del Pontífice. Quedándose Pedro fuera en la puerta. Por eso el otro discípulo, conocido del Pontífice, salió a la puerta y habló de la portera, y franqueó a Pedro la entrada. Entonces la criada portera dice a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre?. El le respondió: No lo soy. Los criados y ministros, que habían ido a prender a Jesús, estaban a la lumbre, porque hacía frío, y se calentaban. Pedro asimismo estaba con ellos, calentándose. Entre tanto el pontífice se puso a interrogar a Jesús sobre sus discípulos y doctrina. A lo que respondió Jesús: Yo he predicado públicamente delante de todo el mundo; siempre he enseñado en la sinagoga, y en el templo, a donde concurren todos los judíos, y nada he hablado en secreto. ¿Qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído lo que yo les he enseñado; pues éstos saben cuáles cosas haya dicho yo. A esta respuesta, Malco, uno de los ministros asistentes y criado de Anás dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes tú al pontífice?. Díjole a él Jesús: Si yo he hablado mal, manifiesta lo malo que he dicho; pero si bien, ¿por qué me hieres?. Habíale enviado Anás atado al pontífice Caifás.

La escena que se reproduce está presidida por la bendita imagen de Nuestro Padre Jesús de la Redención a quien acompaña José de Arimatea, el sumo sacerdote Anás, un criado de éste, un miembro del Sanedrín y un guardia judío. Las imágenes secundarias son obras del imaginero gaditano Luis Enrique González Rey, quien ha recibido el encargo de ejecutar las del un miembro del Sanedrín y un guardia judío para la Semana Santa de 2009. El paso de Misterio se está tallando en los talleres sevillanos de Francisco Javier Pineda García.

Túnica

El Santo Hábito Nazareno que visten los miembros de la Corporación está compuesto por túnica de color hueso, característico del lino, ya que según estudios históricos, era el tejido y color habitual con los que vestían a los reos de la época en la que Nuestro Señor sufrió tan cruento martirio; sobre la misma, capa, antifaz y fajín de color azul, por ser éste el color mariano por excelencia. Siendo todos de tela de sarga. Sobre el antifaz, cuyo borde inferior cubre el fajín, aparece una cruz trebolada en sus cuatro brazos, bordada en tono dorado.

Sobre la capa y a la altura del hombro izquierdo, cada Nazareno viste el Escudo de la Hermandad. Completa la bendita Indumentaria, guantes y calcetines blancos, así como hebilla con Ave María sobre calzado de color negro. Cada túnica está confeccionada por la Hermandad y tiene un número asignado por la Corporación.

A la misma se acompaña un certificado de autenticidad firmado por el Secretario y Hermano Mayor, donde se hace constar que se han utilizado los tejidos y colores aprobados en las Santas Reglas.

Otros datos de interés

- Guión Corporativo (Fernando Calderón - Jerez de la Frontera.)

- Libro de Reglas (Orfebrería San Francisco – Sanlúcar de Barrameda.)

- Insignia Procesional (Orfebrería San Francisco – Sanlúcar de Barrameda.)

- Ropones de Turiferarios y Ciriferarios (Hermanas de la Cofradía.)

- Ropón de Pertiguero (Hermanas de la Cofradía.)

- Incensarios (Orfebrería Maestrante – Sevilla.) 

- Naveta y cucharilla (Orfebrería Maestrante – Sevilla.)

- Relicario de San Juan Bosco (Orfebrería Maestrante – Sevilla.)

- Relicario de Santa María Mazzarello (Orfebrería Maestrante – Sevilla.)

- Pañolón de la Congregación Salesiana (Hermanas de la Cofradía.)

- Pañolón del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. (Hermanas de la Cofradía.)

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