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BALLET NACIONAL DE CUBA

Danza

DON QUIJOTE


 


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ALICIA ALONSO
PRIMA BALLERINA ASSOLUTA


Coreógrafa y maestra, fundadora y directora del Ballet Nacional de Cuba. Personalidad relevante en la historia de la danza escénica, figura cimera del ballet clásico en el ámbito internacional y personalidad insigne de la cultura nacional cubana.
El arte de esta legendaria bailarina ha sido aclamado durante décadas por disímiles públicos y la crítica especializada del mundo entero. Alcanzó el rango de prima ballerina assoluta, por el ilimitado espectro de su arte, categoría que históricamente ostentan pocas artistas de la danza, y que en la tradición del baile clásico define las más altas cualidades estilísticas, expresivas y técnicas en el ejercicio de este arte.
En 1948 fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba. A partir de ese momento, sus actividades se compartieron entre el American Ballet Theatre, los Ballets Rusos de Montecarlo y su propio conjunto, que mantuvo con muy escaso o ningún respaldo oficial hasta 1959, año en el que el Gobierno Revolucionario de Cuba le ofreció apoyo. Sus versiones coreográficas de los grandes clásicos son célebres internacionalmente, y se han bailado por importantes compañías como los Ballets de la Ópera de París (Giselle, Grand Pas de Quatre, La
bella durmiente del bosque); de la Ópera de Viena y el San Carlo de Nápoles (Giselle); de la Ópera de Praga (La fille mal gardée); del Teatro alla Scala de Milán (La bella durmiente del bosque) y el Real Ballet Danés (Don Quijote).

BALLET NACIONAL DE CUBA
PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN


El Ballet Nacional de Cuba es una de las más prestigiosas compañías danzarias del mundo y ocupa un lugar prominente en la cultura hispanoamericana contemporánea. El rigor artístico-técnico de sus bailarines y la amplitud y diversidad en la concepción estética de los coreógrafos, otorgan a esta agrupación un lugar relevante entre las grandes instituciones de su género en la escena internacional.
La compañía surge en 1948, con Alicia Alonso como principal fundadora y primerísima figura. En 1950 se crea la Escuela Nacional de Ballet Alicia Alonso, anexa a la compañía profesional. Desde los inicios, la línea artística del Ballet Nacional de Cuba partió del respeto a la tradición romántica y clásica, estimulando al mismo tiempo el trabajo creativo de coreógrafos que seguían una línea de búsquedas en lo nacional y contemporáneo.
Ya en esta temprana etapa, el montaje de las versiones completas de clásicos como Giselle, El lago de los cisnes o Coppélia, estuvo acompañado de obras procedentes del movimiento renovador de los Ballets Rusos de Diáguilev, como Petruschka o La siesta de un fauno; y de ballets creados por coreógrafos nacionales.
El advenimiento de la Revolución en 1959, marcó el inicio de una nueva etapa para el ballet cubano. Ese año, como parte de un nuevo programa cultural, se reorganiza la compañía con el nombre de Ballet Nacional de Cuba, y ha tenido desde entonces un auge vertiginoso, enriqueciendo su repertorio y promoviendo el desarrollo de nuevos bailarines, coreógrafos, profesores y de otros creadores en otros géneros relacionados con la danza, como las artes plásticas y la música. Junto al perfeccionamiento del repertorio tradicional, se ha incentivado un pujante movimiento coreográfico, con obras que se ubican dentro de los más significativos logros de la coreografía contemporánea.
Además de su intensa actividad en Cuba, donde ha logrado proyectar socialmente su arte a nivel popular, el Ballet Nacional de Cuba desarrolla anualmente un programa de giras internacionales, que lo lleva a escenarios de diversos países de Europa, Asia y América. Importantes galardones, como el Grand Prix de la Ville de París y la Orden «Félix Varela», de la República de Cuba, se suman a la aclamación de los más destacados representantes de la crítica especializada y a las distinciones recibidas por sus figuras, de manera individual, en concursos y festivales internacionales.
En 2018, el Ministerio de Cultura de la República de Cuba declara al Ballet Nacional de Cuba, Patrimonio Cultural de la Nación, distinción que reconoce al «Ballet Nacional de Cuba, como la máxima expresión de la escuela cubana de ballet, que ha logrado una fisonomía propia donde se funde la tradición de la danza teatral con los rasgos esenciales de la Cultura Nacional. Desde su creación el 28 de octubre de 1948, se ha convertido en una de las más prestigiosas compañías danzarías del mundo. Actualmente el Ballet Nacional de Cuba está dirigido por la primera bailarina
Viengsay Valdés.

DON QUIJOTE
Coreografía: Alicia Alonso (dirección artístico-coreográfica)
Marta García y María Elena Llorente. Sobre la original de Marius Petipa y la versión de Alexander Gorski
Música: Ludwig Minkus
Libreto y diseños: Salvador Fernández
Duración: 145 min (incluido el intermedio de 20 min)

El ballet Don Quijote tuvo su estreno el 26 de diciembre de 1869 en el Teatro Bolchoi de Moscú, inspirado en un episodio de la famosa novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y Saavedra. La versión cubana se presentó por vez primera el 6 de julio de 1988, en el Gran Teatro de La Habana, aunque desde 1950 el Ballet Nacional de Cuba incorporó a su repertorio el grand pas de deux del III acto. Por ser un ballet creado a partir de la obra de Cervantes, profundamente vinculado a la cultura nacional cubana, Alicia Alonso dirigió un cuidadoso trabajo alrededor de la legitimidad de las referencias folklóricas en
el aspecto coreográfico; sobre todo, persiguiendo la dignificación y el respeto al personaje de Don Quijote, un icono del idioma castellano y de la cultura de raíz hispánica.

PRÓLOGO
En la España invadida por los franceses a principios del siglo XIX, el pueblo acude frente a las estatuas de Don Quijote y Sancho, para recabar su ayuda. El clamor popular intenta revivir el espíritu del hidalgo caballero, siempre defensor del
amor, la libertad y la justicia.
La imagen de Dulcinea en la multitud, evocación del ideal amoroso, conmueve al Caballero de la Triste Figura, quien acompañado por su escudero, responde al llamado del pueblo.

PRIMER ACTO
Al despuntar el día, comienza la vida en una plaza de Castilla. Kitri, la hija de Lorenzo, el posadero, coquetea con su vecino Basilio, el barbero, a quien ama. Aparece el padre y los separa escandalizado. Los enamorados le piden su consentimiento para el noviazgo, pero él se niega dada la pobreza del joven. La llegada de Camacho, un noble rico afrancesado, seguido de su escolta de guardias, provoca la mofa del pueblo. Camacho viene a pedirle a Lorenzo la mano de su hija; y éste, seducido por la dote, se la concede. Kitri, negándose a aceptar una unión por interés se burla del
noble; y su padre, apenado, lo hace entrar en la posada. La plaza se anima nuevamente con la llegada de los toreros, entre quienes se encuentra el andaluz Espada con su amante Mercedes. La danza contagia a todo el pueblo. La
aparición de Don Quijote y Sancho Panza en la plaza aumenta el entusiasmo de los presentes, que los aclaman con alegría y los invitan a beber en la posada. Se produce un incidente con la aparición de la gitana Graciosa, que es acusada de robo por tomar una fruta, y es defendida por Kitri, que además, le obsequia un chal. Los jóvenes juegan con Sancho y también Don Quijote participa con ellos hasta que al encontrarse con Kitri cree ver en ella a su adorada Dulcinea y le jura amor eterno. Todos deciden bailar para el forastero. El posadero busca a su hija para formalizar
públicamente el compromiso con Camacho. Basilio se interpone, pero los soldados se lo impiden. Don Quijote entra en acción y consigue que Kitri y el joven logren escapar. Camacho y los soldados salen en su persecución y Don Quijote y su
fiel escudero van tras ellos en defensa del amor.

SEGUNDO ACTO
Escena primera -
Protegidos por la noche, los enamorados continúan su fuga. En un campo de molinos de viento, encuentran a una tribu de gitanos. El jefe del grupo y su hija Graciosa, enterados de la situación, acogen a los jóvenes. Graciosa y Kitri se
reconocen. Don Quijote y Sancho también llegan al lugar y los gitanos bailan para agasajar a los visitantes. De pronto llegan al campamento Lorenzo, Camacho y los soldados, quienes intimidan a los gitanos para que confiesen el rumbo de
los fugitivos. Lorenzo descubre el abanico de su hija, y ante la irrefutable prueba, Kitri y Basilio son apresados. Lorenzo se lleva a la muchacha y el barbero logra escapar. Don Quijote, trastornado por los hechos, arremete con su lanza contra
un molino de viento, tomándolo por un gigante. En la desigual batalla, el caballero es derribado y Sancho corre en busca de ayuda.
Escena segunda -
Bajo los efectos de los golpes recibidos, Don Quijote entra en un estado de alucinación en el que cree ver a Dulcinea, seguida del Amor y las Dríadas encabezadas por su reina. Dulcinea, encarnada en Kitri, reconforta al caballero, a quien le predice el triunfo del amor.
Don Quijote despierta de su letargo ante la llegada de Sancho Panza.

TERCER ACTO
En las afueras de la aldea pronto tendrá lugar el forzado casamiento de Kitri y Camacho. Entre los numerosos invitados figuran Don Quijote, Sancho Panza, Mercedes y Espada. El comienzo de la ceremonia es interrumpido por un misterioso
personaje, encubierto en una capa. El recién llegado revela su identidad, que no es otra que la del barbero Basilio, el novio de Kitri, y tras sacar una navaja, finge suicidarse. El falso moribundo y su amada piden como última gracia casarse
«in articulo mortis»,en favor de lo cual intercede el propio Don Quijote, apoyado por los invitados. El sacerdote bendice la unión y en ese momento Basilio confiesa su ardid. Camacho es expulsado de la fiesta. Don Quijote reconcilia a Kitri
con su padre y pide que continúe la celebración, al término de la cual el caballero andante y su fiel escudero se despiden para seguir su viaje en pos de la verdad y la justicia.

SELECCIÓN DE CRÍTICAS

«Alicia Alonso y sus colaboradores han hecho mucho más que “quitarle el polvo” al clásico ruso: se lo han apropiado y, otorgando la debida pleitesía al maestro Petipa, le han dado al viejo ballet la unidad dramática y de estilo que siempre le faltaron.»
Mercedes Rico, El País, España, 1989.

«[...] esta coreografía plantea como logros: su convincente y bien estructurada dramaturgia, elemental en un ballet argumental de estas características, aspecto que se une a una limpia y exigente propuesta dancística, que permite lucir en todo su esplendor las posibilidades técnicas y expresivas de la compañía, tanto del cuerpo de baile como de cada uno de los solistas [...]
Pablo Menéndez-Haddad. ABC. Cataluña, 1997.

«[...] El Ballet Nacional de Cuba vuelve a dotar de características propias del protagonismo a Sancho Panza y a Don Quijote, revistiéndolos de ternura y ensueño, aspectos ausentes en muchas de las versiones del título[...]»
Eddie Vetter. De Telegraf. Holanda, 2003

«Quien sufra de depresión de primavera haría bien en comprar una entrada para el Ballet Nacional de Cuba. Los cubanos bailan con tanto fuego y calor que mágicamente traen el sol al Teatro Carré.»
« En Don Quijote: «El público, apenas incapaz de creer lo que estaba viendo, estalló en una ovación como una muchedumbre de fútbol. (…) Los cubanos son una célebre compañía de virtuosos y para dondequiera que usted mire a la escena hay otras estrellas girando: un cuerpo de baile de matadores con saltos tan afilados como tijeras y espaldas tan flexibles como el caucho, además de gitanas que giraban como ovillos de algodón en piruetas vertiginosas. Es imposible no acoger cálidamente a una compañía que entrega tanto.»
Judit Mackrell. The Guardian, 2006

«La semana pasada, el Ballet Real se anotó una especie de golpe de efecto cuando se convirtió en la primera compañía fuera del Ballet Nacional de Cuba de llevar a escena la versión del Don Quijote de Alicia Alonso, un ballet cuya importancia para los latinos no debe subestimarse.»
Kevin McGwin. The Copenhagen Post. Copenhague, 2008

«Los aplausos más calurosos fueron para Alicia Alonso artista que ha creado y dirigido el Ballet Nacional de Cuba, dotándolo de una fuerte identidad. El ballet Don Quijote fue brioso, divertido, luminoso, pleno de detalles coreográficos. Mostró un cuerpo de baile excepcional con solistas y primeros bailarines dotados de virtuosismo técnico, y que otorgan un aire muy latino e intenso a su baile, junto a una gran musicalidad que se concilia con los aspectos narrativos y el carácter de divertimento de la obra original. Muchos son los momentos de fuerza de esta
relectura del clásico Don Quijote…»
Il Secolo X!X. Italia, 2009

«Don Quijote es una fiesta para fuegos artificiales y los cubanos no decepcionaron. El hermoso cuerpo de baile fue la nota principal por si mismo, con su vivida compenetración en cada escena. Estos bailarines no son simple decorado para los solistas, son una verdadera comunidad. Se avalanzaban a ver mas de cerca los fieros duetos o se incorporaban a la liza cómica con el querido viejo Don Quijote mismo y su compinche Sancho Panza.[…] Lo mejor de todo es que lo espiritual se funde con lo físico en lo que yo considero la gloria principal de esta producción, el
simple hecho de que cuenta una buena historia.»
Sarah Kaufman. The Washington Post. Estados Unidos, 2011

DON QUIJOTE
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