10. Pabellón Real: Ayuntamiento de Jerez - Página oficial

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Pabellón Real


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Hay constancia de un tiempo, durante el dominio islámico, en que Jerez fue independiente. En 1145 Abu l-Gamar Ibn Azzun consiguió controlar una amplia porción de territorio que incluía Arcos y Ronda. No obstante, con la invasión almohade acaecida un año más tarde, acabó este efímero reino. Con todo, la ciudad fue muy importante durante todo el periodo islámico, de ahí que los gobernantes disfrutasen de una posición privilegiada y contasen en el Alcázar con una sala para recibir visitantes ilustres.

Junto a la Torre Octogonal, apoyado sobre la muralla y a gran altura, se conserva el único edificio de carácter residencial del primitivo Alcázar almohade (siglo XII). Se trata de un pabellón de descanso o salón de protocolo, que estaría destinado a residencia de invitados y zona privada del Wali. El conjunto está compuesto por el pabellón, la alberca y el huerto. Originalmente, un pórtico con arcadas y decoración de yesería, del que solo se conservan los restos de los pilares, daría sombra a la entrada y, bajo éste, una fuente daría la bienvenida al salón central.

El llamado pabellón real, repite una distribución clásica de este tipo de edificios en el mundo islámico. Acceso al salón central mediante un arco de herradura con alfiz rehundido, que da paso a una sala cuadrada cubierta con cúpula de ocho lados. Se trata de una Qubba, en la arquitectura islámica se denomina así a los edificios de planta cuadrada y central, cubiertos por cúpula. A ambos lados, tras dos arcos de herradura con alfiz, se abren las alcobas, cubiertas con bóvedas de cañón. Estos espacios estaban destinados a la intimidad y el reposo.

La ubicación del pabellón situado en una posición elevada y con vistas a la alberca y al huerto encajan perfectamente con este tipo de edificaciones, muy habituales en el mundo islámico, donde la arquitectura, el agua y la vegetación se conjugan en perfecta armonía.

La alberca servía para almacenar el agua necesaria para el riego del huerto. Por otra parte, la presencia constante del agua a través de la alberca y los surtidores cumplía una función lúdico y estética, un elemento más que propiciaba el goce de los sentidos. El huerto reproduce, tanto en el sistema tradicional de regadío, como en el tipo de plantas y árboles, un huerto andalusí.

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